viernes, 4 de octubre de 2013

Capítulo 16: En mi mente de hielo agrietado

Ya está el Capítulo 16!!!!!!!!!!!!!! Me encanta, es muy tierno ;)) Espero que también os encante, y en dos minutos colgaré el Capítulo 8 de Una divergente en llamas y con runas, que espero, también os guste ;))
AAAAAAHHHH!!! Que se me olvidaba, que esta semana  seré malísima JA-JA-JA *risa malvada*. Espero que algún día podáis perdonarme ;)) pero es que así le pongo más emoción. A ver,el final de  este Capítulo ya os impulsará a matarme, pero quiero un poquito más, así que haré una especie de párrafo intermedio entre este y el próximo Capítulo, poniéndolo todo todavía más... vamos, que os dejaré con la miel en los labios ;))
No me matéis, que si no no podré seguir escribiendo, y no me odiéis mucho por haceros esa jugadita ;))

MIL BESOS DE VUESTRA ESCRITORA ;D


Capítulo 16

Mis “braguitas” están teñidas de rojo. Exceso de hormonas ¡Bingo! Por eso estoy tan irritable, por mi inoportuna amiguita la regla. Hago un ovillo con papel del váter y lo pongo como barrera; no tengo otra cosa. Me lavo la cara para despejarme y me concentro en poder hacer un poquito feliz a Erik ¿Quién diría hace dos días que yo pensaría eso?
Salgo con una tímida sonrisa y encuentro a Erik aun esperando frente a la puerta. Voy hacia él, y él viene hacia mí.
– Lo siento, de verdad –le digo cogiendo sus manos. Él se pega a mí y me mira a los ojos.
– No pasa nada ¿Vale? Ahora sé que tendré que besarte más a menudo –yo río y él también. Como ha dicho me besa, con cariño, sin rastro de pasión. Lo adoro. Le abrazo, apoyando mi cabeza en su cálido pecho, y escucho el latido de su corazón. Pone su mano en mi nuca y enreda sus dedos en el pelo que cae sobre ella. Mis manos rodean su cintura y, sin querer uno de mis dedos roza su piel desnuda, por culpa de una arruga en su camiseta. No paro, lo que hace que media mano se esconda bajo su ropa. Él fue el que me dijo ‘indirectamente’ que no le provocara sin acabar al final, así que recojo toda la voluntad que tengo y no me aparto. Su piel es suave y cálida, me encanta, pero sigue siendo demasiado. Mi mano se destapa y coge el borde de su camiseta. Poco a poco la bajo, totalmente nerviosa. Erik besa mi cabeza.
- ¿Y Camille? –le pregunto para cambiar de tema.
– Arriba con –hace una pequeña pausa- mi madre.
– Es tu hermana pequeña, ¿No? –un momento, ha dicho que estaba con su madre. Erik abre la boca para responder pero yo me separo poco a poco y le corto, un poco dolida- ¿Por qué no… –no acabo la frase porque  no sé qué decir ¿…me has presentado a tu madre?, por ejemplo. No sé si somos novios, y sería demasiado formal en caso de que no lo fuéramos ¿Somos novios? La cabeza me da vueltas.
– Está en su propio mundo - ¡Qué alguien me diga si lo ha entendido!-. Quiero decir, modelando o esculpiendo. Se dedica a ello.
– ¡Es artista! –digo yo emocionada- Me encantaría conocerla, yo dibujo –entonces tapo mi boca con una mano, para que no se me escape ninguna estupidez más, pero ya es tarde.
- ¿Dibujas? –me dice el sonriendo.
– Sí, en mi bloc, pero nada espectacular –digo por lo bajo. Él me agarra por la cintura y ríe.
- ¿Por qué no me lo habías dicho? Seguro que lo haces genial.
– Bueno, eres la primera persona a la que le cuento esto, así que no te sientas muy ofendido – una sonrisa traviesa asoma por mi rostro-. Solo, bueno, tengo un bloc bastante personal –digo recalcando las palabras ‘bastante’ y ‘personal’- donde dibujo a lápiz.
- ¿Qué sueles dibujar? –la verdad no tengo un estilo propio.
- Todo lo que me parece bello –susurro. Levanto la vista y me fijo en sus preciosos ojos.
– Pues tendrás muchos retratos tuyos–y seguidamente me besa. Su comentario es bastante irreal, pero lo dejo pasar. Me invade una absurda alegría cuando lo noto tan cerca, tan cerca que casi lo olvido. Yo me dejo besar, pero no lo soporto con esta carga en el pecho. Me aparto- ¿Qué pasa? –susurra mirando fijamente mis labios rojos.
- ¿Qué… nada, da igual –esta es otra de mis magníficas situaciones. Me mira preocupado.
– Annie, vamos –me sostiene y no puedo escapar.
– No, no, da igual –él no me suelta, ni deja de mirarme; no se rendirá, y yo necesito saberlo, así que ahí va- ¿Qué, qué somos? –ya está, lo he soltado, pero la pesada carga no ha disminuido; no al menos hasta que me conteste.

2 comentarios:

  1. wow, quiero mas!!!!!!!!!!! :( y no te odiare perooooo ahhhhhhhhhh, quiero MAS D:

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  2. Menos mal!!!!!!!!! Jajajaja
    Aunque no lo parezca, a mí también me duele dejaros así ;(
    Pero este domingo 12, pondré el adelanto, y el viernes que viene ya el Capítulo. ;))

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No insultes, porqué aunque esté mentalmente desorientada, mandaré a unos mutos a por ti, y tu comentario acabará en el Árbol del ahorcado.
Gracias por comentar y que te ayude ayude el Ángel ;))