jueves, 12 de septiembre de 2013

Capítulo 12: En mi mente de hielo agrietado

Es bastante pastelon, lo sé. Estoy deseando que la historia avance para daros un susto de muerte ;)) Pero hasta que no empiece la Parte II no habrá sustos muy grandes. Que os guste!!!!!!!!!!!


Capítulo 12

Erik me mira sonriente. Yo paso mis brazos  por su cuello.
- ¿Cómo? –le digo sonriendo.
– Espera aquí –me susurra. Besa mi mejilla y sale de aquí. Suelto un suspiro y Emily me mira riéndose.
– Es culpa tuya que se haya ido –le digo riendo.
– Tuya por caer de ese caballo. Pero es muy bonito.
- ¿El qué?
- Todo. Vuestra relación, como es contigo, como eres con él y también lo que hará –yo sonrío como una idiota.
– ¿Qué hará? –pregunto para intentar no parecer subnormal con esa sonrisa.
– Por ahí viene.
Erik llega cargado con una bandeja en cada mano ¿Le han dejado salir de la cafetería con todo eso? ¡Y no se ha caído por el camino helado tan cargado! Deja una bandeja en la mesita de noche que hay al lado de mi cama y la otra al pie de la misma. Corro hacia él todo lo que se puede con una  pierna escayolada. Él rodea mi cintura y yo le beso. Directamente, no sé cómo ni con qué valor lo he hecho pero no me arrepiento. Mis manos descansan en sus hombros y las suyas en mis caderas. No hay centímetros que nos separen, solo ropa. ¿Qué? ¡He pensado yo eso! ¡No puede ser! Me rindo. No se puede pensar en otra cosa cuando besas que no sea la otra persona. Me separo y él vuelve a la carga. Me encanta que lo haga. Me río por dentro y creo que todo mi cuerpo expulsa euforia de colores, como un arcoíris. Mis tripas gruñen y él posa su mano sobre mí vientre. Yo estoy muy nerviosa, otra vez. Se separa un poco y ríe.
– Deberíamos empezar a comer –me susurra. Yo me pongo roja de vergüenza y maldigo a mi cuerpo por gruñir.
Nos separamos. Mi cuerpo se hiela sin él. Busco mi chaqueta a ciegas ya que creo haberla colgado en el cabezal de la cama. Me la pongo y me siento en la cama. Mi pierna mala está completamente estirada, pero la otra está doblada y esconde mi pie bajo mi otro muslo. Así Erik puede sentarse a mi lado y yo seré más feliz. Sí, lo sé, soy idiota. Lo que hace el amor.
Cojo mi bandeja y se me hace la boca agua. Estofado de carne, adoro este plato y con el hambre que tengo no durará mucho. Erik se sienta a mi lado y coge su bandeja.
– Que aproveche –nos dice Em desde su escritorio-. Voy a la cafetería. ¡No hagáis nada que yo no haría! –nos grita ya desde el pasillo. Nosotros reímos y creo escuchar que ella también. ¿Qué podríamos hacer? ¿Ordenar su mesa desordenada? ¿Abollar mí almohada? Somos dos adolescentes solos, no una jauría de perros. Oh, oh, oh. Dos adolescentes solos ¿Se refería a…? No, no, no puede pensar en eso. Devoro mi bandeja para no mirar a Erik. ¿Qué habrá pensado él de eso?
- Annie...
- ¿Sí? –demasiado inocente.
– Quería disculparme y explicarte lo… lo de dirección –bufff menos mal. Espera ¡Lo de dirección! No, no, eso ya lo solucionamos.
- No hace falta –no quiero recordarlo, no quiero discutir con él.
– Sí, porqué fui un gran idiota.
– No –cojo su mano y la acaricio. Él tiene la mirada fija en mi mano.
– Annie solo, solo lo dije así porqué me dolía que no fuera cierto –me apeno por él  y me maldigo a mí. Me enfadé por algo que era lo que yo quería en realidad. Esto es surrealista. Yo solita soy excepcional, y no es un cumplido.
– Yo también me enfadé –el aprieta mí mano- y luego descubrí que lo hice porqué me importaba –susurro-. Que me importabas –digo ya más alto, aunque no demasiado.
– Lo siento –dice mirándome a los ojos-, no tuve que hablarte así –levanto su barbilla con mi mano y me acerco a él.
– Pero ahora estamos juntos –le digo dudosa a dos centímetros de distancia. Él sonríe y me besa.
– Siempre –susurra él. Yo le sonrío más y me sonrojo. Su mano va a parar a mi cuello y me acerca- me encanta cuando te sonrojas -susurra. Lo que provoca que me sonroje más. Hundo mi cara en su pecho para que no me vea y me río.
- ¿Hola? –me separo abruptamente de Erik.
– Pasa –le digo a Julie-. Creí que no me ibas a visitar –y frunzo el ceño de una forma poco creíble.
– ¡Eh! –dice sentándose al lado de mí almohada- Que sabía que ibas a tener buena compañía –se ríe. Yo la abrazo y río también. Erik nos mira.
- ¿No estáis un poco… mmmmm… locas? –nos provoca otra oleada de risa.
– Un poquito –le decimos a la vez. Julie y yo conectamos, me gusta.

Suena el timbre. Lo estaba pasando bien. Julie besa mi mejilla, se despide y se va a las clases de la tarde. Los dos nos miramos. Él pasa su mano por la parte alta de mi cuello introduciendo sus dedos por mí pelo y nos besamos. Me encanta esta despedida.
– Nos vemos luego –me dice.
– Nos vemos luego –le digo yo sonriendo. Él se aleja y cuando no puedo más suelto su mano. 

2 comentarios:

  1. me encantaaaaa:) genialisimo wapa:) sigue sigue, y sube sube mas capítulos porq me estoy desesperando por leer lo demmaaaaas:)

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    Respuestas
    1. Jajajaja, creo que ahora voy a subir otro para compensar porque este finde me voy con una amiga y el lunes empiezo el insti, y hasta el 20 de este mes no creo que pueda subir nada, aunque a lo mejor lo consigo.
      Me alegra que te guste porque no sabía si este estaba bien, pero parece que sí ;))

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No insultes, porqué aunque esté mentalmente desorientada, mandaré a unos mutos a por ti, y tu comentario acabará en el Árbol del ahorcado.
Gracias por comentar y que te ayude ayude el Ángel ;))